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Esa mujer (tierna, inestable) va detrás de la sombra de un perro más viejo que el mundo y escribe la historia del vendedor de escobas como si fuera un ensayo sobre la noche. Esa mujer tiene a veces un brillo de tornasol sobre su nuca. Sólo a veces, porque los días lo esfuman durante el destierro, durante la derrota, la derrota que se enciende puntualmente entre las columnas jónicas -imaginadas- a la hora en que el sol se cae, en que el sol parece caerse para siempre. (La última vez que nos vimos ibas a contarme una historia, dice)
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Quella donna (tenera, instabile) segue l’ombra di un cane più vecchio del mondo e scrive la storia del venditore di scope come se fosse un saggio sulla notte. Quella donna ha talvolta una lucentezza di girasole sulla nuca. Solo a volte, perché i giorni la sfumano durante l’esilio, durante la sconfitta, la sconfitta che si accende puntualmente tra le colonne ioniche – immaginate – all’ora in cui il sole tramonta, in cui il sole sembra sprofondare per sempre. (L’ultima volta che ci siamo visti stavi per narrarmi una storia, dice)
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Ahora mi único padre es el tiempo, y su rara compasión espera por mí, me mira fijamente desde un despeñadero. En el camino, las hojas de los olivos parecen plata manchada a la luz de la tarde. Los pájaros prefieren los árboles con ramas muertas pueden lanzarse al vuelo en cualquier dirección. ¡Ah! Hacer un fuego sobre el montículo de orfandad con ramitas muy secas. Aprender a ver la vida como un campamento provisorio: cenizas y café con obsesiones por la mañana, ceniza de acacias para entrar al desierto.
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Ora il mio unico padre è il tempo, e la sua strana compassione mi attende guardandomi fissamente da un dirupo. Durante il tragitto, le foglie degli olivi sembrano argento macchiato di luce pomeridiana. Gli uccelli preferiscono gli alberi dai rami morti possono lanciarsi in volo in qualsiasi direzione. Ah! Fare un fuoco sulla collina degli orfani con frasche molto secche. Apprendere a vedere la vita come un accampamento provvisorio: cenere e caffè con ossessioni per il domani, cenere di acacie per accedere al deserto.
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Es un árbol extraño y no conozco su nombre (ni su fruto). Tiene algunas espinas en su copa y hojas de un verde casi azul. Miro hacia el camino como reflejo pero estoy sola, nadie a quien preguntar. Puedo inventarle un canto: un pájaro lírico posado en la neblina. También puedo abrazarlo: árbol anónimo de consuelo anónimo, esta ternura hacia lo desconocido parece ser hoy la única ternura para conmigo. La inscribo en el Libro del Abandono (esta ternura que es todo lo que tengo) y vivo a través de su sueño de inmortalidad.
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È un albero strano di cui non conosco il nome (né il frutto). Ha spine sulla chioma e foglie di un verde quasi azzurro. Di riflesso guardo verso la strada ma sono sola, nessuno a cui chiedere. Posso inventargli un canto: un uccello lirico sospeso tra la foschia. Posso anche abbracciarlo: albero anonimo di sollievo anonimo, questa tenerezza verso ciò che è sconosciuto oggi sembra essere l’unica tenerezza ferma con me. La registro nel Libro dell’Abbandono (questa tenerezza che è tutto ciò che ho) e vivo tramite il suo sogno d’immortalità.
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Esta habitación huele a pasado: el diálogo, el tronco enorme del árbol enfermo del otro lado de la ventana. Un sueño llegará al anochecer (ah, vieja coleccionista de crepúsculos de seda) y cuando llegue, le abriré al viento sur que empuja los cerrojos. La huella que deja la melancolía puede ser tan feroz como ella misma. Un pozo de agua donde flotan las certezas como aceite sucio.
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Questa stanza odora di passato: il dialogo, l’enorme tronco dell’albero malato dall’altro lato della finestra. Un sogno arriverà al tramonto (ah, vecchia collezionista di crepuscoli di seta) e quando sarà qui lo aprirò al vento meridionale che pressa i catenacci. L’impronta lasciata dalla malinconia può essere così feroce come lei stessa. Un pozzo d’acqua dove aggallano le certezze come olio sporco.
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Regreso después de años, al café donde recogía las improntas del mundo. El mozo sigue allí, eterno en su chaqueta morada. El buzón en la esquina, vacío de todo excepto de mí. Los árboles me golpean con la belleza de su vejez (alguna vez morirán pero no seré testigo). Vine a despedirme, le digo al mozo, que pregunta por mi vida, como un amigo más. Ya no pertenezco a este lugar (no pertenezco a ninguno, piensa la melancolía por su cuenta, pero no se lo digo) y escribo una larga carta en una hoja de agenda, al hermano que no tuve (o me quitaron), mientras sorbo mi café y dibujo narices en servilletas de papel. Antes de que la fría pura noche me trague dejo caer la carta en el buzón. La insistencia de lo que soy está –callada– en esa acción diminuta. Dejo atrás un resplandor o su memoria (que es lo mismo) como una luz de fábula.
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Ritorno dopo anni, al caffè dove raccoglievo le impronte del mondo. Il ragazzo è sempre lì, eterno nella sua giacca viola. All’angolo la buca delle lettere, vuoto del tutto tranne di me. Gli alberi mi colpiscono con la bellezza della loro vecchiaia (prima o poi moriranno ma non sarò testimone). Sono venuta a congedarmi, dico al ragazzo, che domanda della mia vita, come un amico in più. Ormai non appartengo a questo luogo (non appartengo a nessuno, pensa la malinconia per conto proprio, ma non glielo dico) e scrivo una lunga lettera su un foglio di agenda, al fratello che non ho avuto (o mi portarono via) mentre sorseggio il mio caffè e disegno nasi su salviette di carta. Prima che la fredda pura notte m’inghiotta lascio cadere la lettera nella buca postale. L’insistenza di ciò che sono la ritrovo – silenziosa – in questa piccola azione. Mi lascio alle spalle uno splendore o la sua memoria (che è la stessa cosa) come una luce da favola.
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Los goterones de sangre sobre la nieve crean un mapa de crueldad. Una caligrafía a la luz de bengalas en la noche. El amor ama el odio. El amor ama el miedo. Soy una mirada fija, un corazón censurado. Debo aceptar el nuevo lenguaje lentamente: El caracol sobre la tumba, el amor fuera del cuerpo, y la persecución de una estrella que nada comprende, alumbra una caminata que nadie pintará. Trago una paz oscura como un secreto.
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Le gocciolone di sangue sulla neve formano una mappa di crudeltà. Una calligrafia sotto la luce dei bengala nella notte. L’amore ama l’odio. L’amore ama la paura. Sono uno sguardo fisso, un cuore censurato. Devo accettare il nuovo linguaggio lentamente: La lumaca sulla tomba, l’amore al di là del corpo, e la persecuzione di una stella che nulla comprende, illumina un’escursione che nessuno dipingerà. Ingoio una pace oscura come un segreto.
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Casi en el centro de tu ausencia está creciendo un árbol: tan verde como mi desesperación (pero al menos respira). La antigua costumbre de la muerte aún no puede alcanzarlo. Mi soledad fabrica arte: talla maderas, pinta ojos en papeles de agua, escarba en busca de un nuevo dolor. Perdí la palabra con la que pude nombrarte, perdí mi pulsera de flores. No puedo colmar mi corazón con lo posible. No lo puedo colmar con lo imposible. ¿Y el poema? ¿No reúne a los dos? Una sombra delgadísima los separa como un biombo. Es allí donde vivo, es allí donde jamás me hallarás. Los fantasmas como nosotros sólo se encuentran una vez, en el lugar de la fuga.
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Quasi al centro della tua assenza sta crescendo un albero: così verde come la mia disperazione (però almeno respira). L’antica abitudine della morte non può ancora raggiungerlo. La mia solitudine genera arte: incide legni, dipinge occhi su fogli d’acqua, scava in cerca di un nuovo dolore. Ho perduto la parola con la quale potevo nominarti, ho perduto il mio bracciale di fiori. Non posso riempire il cuore con ciò che è possibile. Né posso riempirlo con l’impossibile. E la poesia? I due non li ricongiunge? Un’ombra sottilissima li separa come un paravento. È lì che vivo, è lì che mai mi troverai. I fantasmi come noi s’incontrano una volta soltanto, nel territorio della fuga.
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No juegues más con la sabiduría, hay algo descalzo en la sabiduría, leo en pantalla y cuando salgo en la madrugada a mirar el cielo encuentro a nuestro cuento de invierno helado y fijo como una estrella muerta. No hubo brújula, sólo el perfume de un país de fábula desvaneciéndose a la mañana siguiente. No me llevé nada más que el celofán que me tapa la boca cuando quiero nombrarte. ¿Dijiste ansia? ¿Dijiste aire? El poema no sabe de qué lado ponerse. Se pierde fácil por un camino custodiado por los álamos pintados con delicadeza en mi mural, vasto e inescrutable como era el mundo cuando niños. Un amor sombra. Dijiste sol (no sombra), por eso no supimos descifrar su código.
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Non giocare più con la saggezza, c’è qualcosa di scalzo nella saggezza, leggo sullo schermo e quando esco all’alba a osservare il cielo m’imbatto nel nostro racconto invernale gelido e fisso come una stella morta. Non una bussola, solo il profumo d’un paese fiabesco che svaniva il giorno dopo. Mi portai dietro solo il nastro adesivo che sigilla la bocca quando voglio nominarti. Dicesti ansia? Dicesti aria? Il poema non sa da che parte mettersi. Si perde facilmente in un percorso custodito dai pioppi dipinti con delicatezza sul mio murale, vasto e imperscrutabile com’era il mondo da bambini. Un amore ombra. Dicesti sole (non ombra), per questo non riuscimmo a decifrare il suo codice.
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En mi collage, hay una luna asombradísima de mi presencia en la tierra todavía, y un cascote rojo pegado a la palabra puente, escrita con pincel sobre algo parecido a un muro. ¿Huelen el encierro? Siempre se hace tarde en ese lugar y nadie responde al para qué. La oscuridad es una razón, una lógica inmutable: está hecha de los corazones de las barajas que usaba en mis castillos. Bajo el negro de humo está el lobo a mi puerta (esa puerta recortada de una foto). Lo acariciaré en el umbral, lo miraré hasta el fondo de sus ojos de oro inconquistable. El miedo y la muerte no tienen su figura, están pintados de blanconada en el rincón derecho como símbolo de una boda en la nieve, de la música que no se oye salvo en la inexistencia de todos los reflejos. ¿Pueden tocar el dolor? Es una noche sin palabras, es tu amor distraído detrás del alambrado visible.
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Nel mio collage c’è una luna molto sorpresa della mia presenza ancora sulla terra e rosse macerie incollate alla parola ponte, scritta con un pennello su qualcosa che sembra un muro. Annusano la reclusione? Si fa sempre tardi in questo luogo e nessuno sa dirmi perché. L’oscurità è una ragione, una logica immutabile: è fatta dei cuori delle carte da gioco che usavo per i miei castelli. C’è il lupo alla porta sotto il nero del fumo (quella porta ritagliata da una foto). Lo accarezzerò sulla soglia, lo guarderò fino al fondo degli occhi d’oro inconquistabile. La paura e la morte non hanno la sua forma, sono colorate di bianconulla nell’angolo destro come simbolo d’un matrimonio sulla neve, della musica che si ascolta se non nell’insussistenza di ogni riflesso. Possono toccare il dolore? È una notte senza parole, è il tuo amore distratto al di là del recinto visibile.
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Un sueño ¿puede volverse loco? Salgo en la madrugada (a la hora en que nací) a mirar una luna tan brillante que me trastorna. La mañana está lejos, tan lejos como las dos sombras que se amaban contra la ventana en mi país frío. La ventana que me persigue. Mi amor que me persigue. Y la crueldad que tiene su propia canción. ¿Qué es lo que quieres?, pregunta el monje. Quiero mi plato de guisantes y empezar de nuevo.
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Un sogno può diventare folle? Esco all’alba (all’ora in cui sono nata) a guardare una luna così brillante da sconvolgermi. Il mattino è lontano, così lontano come le due ombre che si amavano davanti alla finestra nel mio freddo paese. La finestra che m’insegue. Il mio amore che m’insegue. E la crudeltà che ha la sua propria canzone. Cos’è che vuoi?, domanda il monaco. Voglio il mio piatto di piselli e ricominciare di nuovo.
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