Nuestro deber es imaginar que hay un laberinto y un hilo Jorge Louis Borges
EL CISNE
Hace quince años, quizás más, hallé un cisne en este rincón del acantilado. La tormenta lo había arrojado contra las rocas y el mar lamía sus alas pesadas, untuosas. Hijo del sol, esperaba que el sol secara sus plumas para continuar el viaje. Pasó la mañana, y los perros hambrientos dieron con él: los eludió una, dos veces, amenazándolos, con un pico inepto para el combate. Hasta que el cuello cortado cayó sobre la arena, junto a resaca de corales, algas verdes y un rumor sordo de carne martirizada y viento. Había, en todo eso, ferocidad y belleza, porque sobre las rocas, como una heráldica del universo, también yacía la blanca disección de una ala: tan blanca, que hubiera sido justo que levantara vuelo, aun sin rumbo. Ahora vuelvo a esta playa y sólo mi memoria es más nítida, más poderosa: entre el retumbar del viento y el ímpetu de las olas, guarda del cisne su violentada espera.
IL CIGNO
Quindici anni fa, forse più, incontrai un cigno in quest’angolo della scogliera. La tormenta lo aveva sbattuto contro le rocce ed il mare leccava le sue ali pesanti, untuose. Figlio del sole, aspettava che il sole asciugasse le sue piume per continuare il viaggio. Passò la mattina, e cani affamati s’imbatterono in lui: li evitò una, due volte, minacciandoli con un becco inadatto al combattimento. Finché il collo tagliato cadde sulla sabbia, assieme a riflussi di corallo, alghe verdi e un rumore sordo di carne martirizzata e vento. C’era, in tutto questo, ferocità e bellezza, perché sulle rocce, come un’araldica dell’universo, giaceva anche la bianca dissezione di un’ala: così bianca, che sarebbe stato giusto che s’innalzasse in volo, sebbene senza rotta. Ora torno a questa spiaggia, e solo la mia memoria è più nitida, più poderosa: tra il rimbombare del vento e l’impeto delle onde, conserva del cigno la sua violentata attesa.
TEMPRANO
Me levanto temprano. El mercurio una vez alto, otra vez bajo. veo crecer el día, y con el día, el sol. El sol se levantó antes y me aventaja por varias horas. Primero, en la ventana; luego, nel cielorraso y las paredes; antes pasó por la superficie lisa del mar. De su mano me encuentro con la mañana. La mañana es mi promesa. Ignora, como yo, los atajos, los puentes escondidos. Aunque podría adivinarlos, si quisiera. Confía y espera, mientras acaricia todas las cosas: buena, apasionada. Confía y espera, igual que yo, poder ver cada cosa. Cada cosa dentro de su instante.
PRESTO
Mi alzo presto. Il mercurio una volta alto, un’altra volta basso. Vedo crescere il giorno, e con il giorno, il sole. Il sole s’alzò prima e mi precede di varie ore. In primo luogo, nella finestra: dopo, sul soffitto e le pareti; prima passò sulla superficie liscia del mare. Presso la sua mano m’incontro con il mattino. Il mattino è la mia promessa. Ignora, come me, le scorciatoie, i ponti nascosti. Anche se potrebbe indovinarli, se volesse. Confida e spera, mentre accarezza tutte le cose: buona, appassionata. Confida e spera, come me, di poter vedere tutte le cose. Ogni cosa dentro il suo istante.
LA CAVERNA
Tiene la sustancia del mundo: la oscuridad. Una boca por entero abierta, silencios de gigante que no se entienden. El viento ha arrojado allí unas pocas palabras y las repite, pero no son más que palabras, pues no regresan. Yo permanezco a su lado: del lado del fuego. Custodio la entrada y me observo recortado en la sombra (no soy más que sombra. Tengo la sustancia de los hombres: curiosidad y entrega, orgullo y obstinación.
LA CAVERNA
Ha lo sostanza del mondo: la oscurità. Una bocca del tutto aperta. Silenzi di gigante che non s’intendono. Il vento ha lanciato lì qualche parola e la ripete, ma non sono che parole, perché non ritornano. Io resto al suo fianco: dalla parte del fuoco. Custodisco l’entrata e mi osservo ritagliato nell’ombra (non sono altro che ombra). Ho la sostanza degli uomini: curiosità e consegna, orgoglio e ostinazione.
PARÁBOLA
Aparece de pronto en el horizonte, con grandes bocanadas de humo blanco. Deja a nuestro lado su estrépito de hierros calientes y va directamente al corazón del más joven. Pero una ventanilla, que dura apenas un segundo en la retina, nos dice que hay más en la entrañas, hacia donde ella va. Más de lo inmenso que gira entre sus ruedas; más de lo finito que se consuma en los rieles. El joven la tiene ahora en sus manos y comienza una tracción que dura años: tomarle la fiebre, acunarla despacio, enderezar el ojo bizco. Mientras el maquinista ajusta los relojes, para que el universo prosiga su viaje. Gratitud y palabras quemadas en lo que queda de la vida.
PARABOLA
All’improvviso appare all’orizzonte, con grandi boccate di fumo bianco. Lascia al nostro fianco il suo strepito di ferri roventi e va direttamente al cuore del più giovane. Ma un finestrino, che dura appena un secondo nella retina, ci dice che c’è qualcosa di più nelle viscere, verso dove si dirige. Più della cosa immensa che gira tra le sue ruote; più della cosa finita che si consuma sui binari. Il giovane ora la tiene in mano e inizia una trazione che dura anni: misurarle la febbre, cullarla lentamente, indirizzarne l’occhio strabico. Mentre il macchinista aggiusta gli orologi, affinché l’universo prosegua il suo viaggio. Gratitudine e parole bruciate in ciò che resta della vita.
ESA VEZ, PLATÓN
Esa vez, Platón se equivocó: los poetas no devuelven imágenes repetidas, no conspiran contra la fidelidad de los espejos. Hacen que el árbol de la razón parezca enano. Que los espejos devuelvan nuestro verdadero rostro deformado. Tal cual es: con ojos hundidos y una luz brevísima que irrumpe y desaparece. Los poetas rescatan la moneda que se perdió en el fondo del lago, la gota que sin cesar perfora la piedra, y eso también concierne a la República.
QUELLA VOLTA, PLATONE
Quella volta, Platone si sbagliò: i poeti non restituiscono immagini consuete, non cospirano contro la fedeltà degli specchi. Fanno in modo che l’albero della ragione sembri nano. Che gli specchi riflettano il nostro vero volto deformato. Così com’è: con occhi infossati e una rapida luce che irrompe e scompare. I poeti riscattano la moneta smarrita nel fondo del lago, la goccia su goccia che perfora la pietra e anche questo riguarda la Repubblica.
JE NE SAIS PAS
Je ne sais pas, Monsieur, respondía Beckett cuando le preguntaban por sus obras. Ahí están ellas: han salido de mi boca y de mis manos, pero no me pertenecen; dicen lo que tampoco yo comprendo ¡me son tan extrañas como a usted! sólo que yo, por cercanía, las escuché antes. No me explican; pero tampoco mis piernas me explican, ni mis pies son solícitos cuando marcho: sobreviven en un mundo que ayudan a construir andando; toman el atajo que no lleva a ninguna parte, mientras repiten de la nada un eco: je ne sais pas, Monsieur, igual que el viento.
JE NE SAIS PAS
Je ne sais pas, Monsieur, rispondeva Beckett quando gli chiedevano delle sue opere. Loro stanno lì: sono uscite dalla mia bocca e dalle mie mani, ma non mi appartengono; dicono quello che nemmeno io comprendo: a me sono estranee quanto a lei! solo che io, per vicinanza, le ascoltai prima. Non mi spiegano; ma nemmeno le mie gambe mi spiegano, né i miei piedi sono scattanti quando vado: sopravvivono in un mondo che aiutano a costruire camminando; prendono la scorciatoia che non porta da nessuna parte, mentre ripetono dal nulla una eco: je ne sais pas, Monsieur, così come il vento.
LOSAS INCLINADAS
a Joaquín Giannuzzi, quien me pidió que visitara la tumba de Kafka
Las lápidas de los cementerios a veces se inclinan, cansadas de conversar sólo con los muertos. En un cementerio de provincia vi una que había perdido a tal extremo su vertical que era imposible leer la leyenda.En el cementerio judío de Praga las tumbas se superponen unas a otras y lo que se inclina es la losa entera que guarda los restos. Sobre ellas los deudos acumulan pequeñas piedras encimadas, hasta formar una suma que luego se desnivela y cae. Una prueba de que también la muerte pierde la cuenta de los muertos y opta por su libertad. (Es lo que, tardíamente, puedo contarte, ahora que sucesivas piedras se acumulan en tu frente, allá en el Norte lejano).
LAPIDI INCLINATE
a Joaquín Giannuzzi, che mi chiese di visitare la tomba di Kafka
Talvolta le lapidi dei cimiteri s’inclinano, stanche di conversare soltanto coi morti. In un cimitero di provincia ne vidi una che aveva perso a tal punto la sua verticalità che era impossibile leggere l’epitaffio.Nel cimitero ebraico di Praga le tombe si sovrappongono una all’altra e quello che s’inclina è la lapide intera che custodisce i resti. Su di esse i parenti accumulano piccole pietre una sull’altra, fino a formare un ammasso che poi si sbilancia e cade. Una prova che anche la morte perde il conto dei morti e opta per la loro libertà. (È quello che posso, tardivamente, raccontarti, ora che successive pietre si accumulano sulla tua fronte, lì nel Nord lontano).
ESA CIUDAD
Esa ciudad se apaga cuando me duermo: los ventanales no reflejan el sol, los semáforos dejan libre el paso de los autos, las sombras vacilan unos segundos, atraviesan una puerta y desaparecen; sobre el mantel, el crucigrama está resuelto y una mano dobla las páginas del diario. Nada de lo habitual permanece en pie: los tranvías giran veloces, se enturbia el agua de los jardines, un velo de ceniza se extiende sobre las plazas, cubriendo el lago, los botes y los remos, los verdes del bosque desaparecen. Arrebatados por una nube, quedan más solos los animales del zoológicos; se ausentan, de pie, las estatuas, mientras un viento repentino dispersa los colores y borra, ya sin luz, los cables del teléfono y el borde cansado de las cosas. Pero, ay, todavía queda algo que no he dicho: esa ciudad continúa dentro del sueño.
QUELLA CITTÀ
Quella città si spegne quando mi addormento: le grandi finestre non riflettono il sole, i semafori lasciano libero il passo alle auto, le ombre vacillano alcuni secondi, attraversano una porta e scompaiono; sulla tovaglia, il cruciverba terminato e una mano volta le pagine del diario. Nulla di ciò che è consueto resta in piedi: i tram girano veloci, s’intorbidisce l’acqua dei giardini, un velo di cenere si estende sulle piazze, copre il lago, le imbarcazioni e i remi, i verdi del bosco svaniscono. Strappati da una nube, rimangono più soli gli animali dello zoo; si assentano, restando in piedi, le statue, mentre un vento improvviso disperde i colori e cancella, già senza luce, i cavi telefonici e il bordo stanco delle cose. Eppure rimane qualcosa che non ho detto: quella città continua dentro il sogno.
ARTES
Primero, el arte de ser derrotado; luego, el arte de conversar a solas; más tarde, la serena indiferencia; por último, el arte de no ver nada aun viéndolo todo. Cuánto tuvo que aprender esta cabeza para ser calva, enteramente calva –por dentro y por fuera–, en el camino de una nube que se aproxima despacio.
ARTI
Prima di tutto, l’arte d’essere sconfitto; poi, l’arte di conversare da soli; più tardi la serena indifferenza; infine, l’arte di non vedere nulla pur tutto vedendo. Quanto ha dovuto apprendere questa testa per essere calva, totalmente calva – sia dentro che fuori –, durante il tragitto di una nuvola che lentamente si avvicina.
NO HAY ORILLA
No he estado donde el agua se quema y el fuego baja a beber ni he visto a la primavera entrar a la caja de música. No he hallado las señales que me hubieran devuelto a la antigua morada donde se enciende el sol. Nunca estuve lejos de la selva ácida de los nombres y de la servidumbre de los hechos reales. No llevo bajo la axila las llaves herbosas de la orilla, porque no hay orilla: sólo peces de un solo ojo que nadan contra la corriente, sólo aves lampiñas que muerden una estrella de sal. Sólo la palabra felicidad oscilando frente a los ojos, y una luna creciente para que la luz de lo más leve brille.
NON C’È SPONDA
Non sono stato dove l’acqua si brucia e il fuoco scende a bere né ho visto la primavera entrare nel carillon. Non ho trovato i segni che mi avrebbero restituito all’antica dimora dove si accende il sole. Non sono mai stato lontano dalla selva acida dei nomi e della sottomissione ai fatti reali. Non porto sotto l’ascella le chiavi erbose della sponda, perché non c’è sponda: solo pesci con un solo occhio che nuotano controcorrente, solo uccelli imberbi che mordono una stella di sale. Soltanto la parola felicità che oscilla dinanzi agli occhi, e una luna crescente affinché brilli la luce della cosa più lieve.
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